Este curso hemos iniciado en el IES Alborán Manuel Cáliz nuestro proyecto de HUERTO ESCOLAR. Es fácil encontrar los beneficios que aporta un huerto a una comunidad escolar, y difícil encontrarle perjuicios. Aporta belleza a nuestros espacios comunes, estimula el aprecio por las instalaciones, fomenta el consumo de hortalizas, supone una llamada al consumo de productos de cercanía, se basa en el trabajo en equipo, alienta a alumnado desmotivado respecto a otras actividades más académicas, se fundamenta en un trabajo físico en el exterior,...
La existencia de huertos escolares tiene amplia tradición, habitualmente más vinculada a los colegios que a los institutos. En nuestro entorno, nos hemos inspirado sobre todo en los huertos existentes en el IES Maestro Padilla (guiados amablemente por la profesora Ángeles), y en el colegio Madre de la Luz (asistidos por Cristina Robles y Cristina León).
Respaldados por la dirección, contamos con el asesoramiento de José, el jardinero del centro. Él hizo el diseño y la instalación del sistema de riego por goteo. El profesor Luis Serrano presentó el proyecto para su financiación por el AMPA, que asumió gentilmente este apartado fundamental de cualquier huerto.
Una vez instalado el riego por goteo, empezamos a preparar la tierra, muy empobrecida y compactada. Aquí tenemos que citar al grupo de alumnos de PEMAR de la profesora María del Mar Fernández : Bryan, Aure, Mario, Reda, Alejandro y Carmen. Son ellos los que labraron el terreno y lo enriquecieron con estiércol y mantillo, una labor muy dura pero que es la base de todo el desarrollo posterior. Junto a ellos, los chavales y chavalas del aula específica, junto con la profesora Mari Ángeles Nieto, han sido un elemento fundamental del trabajo semanal. Ellos han cavado, plantado, regado, escardado,... En fin, las labores continúan, quizás en unas semanas o meses podamos recoger nuestras primeras lechugas, cebollas, zanahorias, pimientos, tomates, calabacines, berenjenas, melones,..., saborear los frutos de este sol, este agua, esta tierra.
Después de varios años, hemos conseguido recuperar una de esas actividades que determinan la personalidad de nuestro centro; la visita a la región de Dordoña de los alumnos de 1º de ESO. Este viaje supone la primera toma de contacto físico con el país de referencia de un instituto como el nuestro, que tiene como primera lengua extranjera el francés. Los alumnos asisten a charlas, talleres, y visitas guiadas en francés, realizan gincanas en las que tienen que preguntar a los vecinos cómo encontrar determinada calle o monumento, compran en las tiendas, juegan con otros niños franceses. Es por tanto una primera inmersión, breve pero intensa, en un contexto plenamente francófono.
Y, además, en la fabulosa región de Dordoña. El Valle de Dordoña es un libro de historia. Entre cuevas pintadas, pueblos y castillos, podemos leer a su vez la historia épica de los hombres prehistóricos, las historias de los caballeros medievales y la aparición de las artes renacentistas.
El plan seguido durante el viaje de nuestros 49 alumnos fue:
Domingo 12 de marzo: Salida de la puerta del IES Alborán y llegada el lunes 13 al albergue de Montignac. Por la mañana, un rally fotográfico del pueblo de Montignac, pasear por sus calles medievales y visitar la iglesia Saint-Pierre-ès-Liens. Por la tarde, visita guiada a la réplica de la cueva de Lascaux, declarada Patrimonio de la Humanidad, es una de las grandes joyas del arte rupestre en el mundo.
Martes 14 de marzo: Visita a la sima de Rouffignac. Por la amplitud de sus galerías, las numerosas y vastas cúpulas naturales que perforan los techos, su decorado de nódulos de sílex, la cueva sorprende a cada visita. Antes de ser decorada - hace cerca de 15000 años, por los artistas prehistóricos que dibujaron o grabaron 260 representaciones de bisontes, caballos, íbices y rinoceronte lanoso, pero sobre todo 160 mamuts - fue el lugar de hibernación de los osos y se encuentra huellas de uñas o nidos por todas partes.
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